miércoles, 4 de noviembre de 2009

Soy bueno porque tengo miedo.
Ellos ya lo sabían
cuando lo intentaban
pero con vos es distinto: nunca preferí una cama de clavos
ni la picana en los huevos a un beso tuyo.
Adoro no entenderte
despertarme antes que vos para ver
la mueca del odio dormida en tu cara.
Una vez soñé que te mataban frente a mí
y desperté excitado
con unas ganas horribles de tenerte dentro.
Me decías “la comida sabe
como si le hubieras echado sal con la cocina a oscuras”
para que te dieran ganas de vomitar al escuchar
mis amenazas.
En la casa juntos siempre fue agosto y domingo
siete y media de la tarde
sin amigos
y habíamos tomado toda la noche y habíamos
bailado hasta quedarnos dormidos.
Me acuerdo que una vez
agarraste un cuchillo como quien se ríe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario