martes, 19 de abril de 2011
La música nada de vuelta a mí
Espere señor. ¿Para qué lado queda casa?
Apagaron la luz
y la oscuridad se mueve en el rincón.
Este cuarto no está señalizado,
cuatro mujeres, de más de ochenta,
cada una de ellas en pañales.
La la la, oh… la música nada de vuelta a mí,
y puedo sentir la melodía que tocaban
la noche en que me dejaron
en esta institución privada sobre una colina.
Imagínese. Una radio sonando
y todos aquí estaban locos.
A mí me gustó y bailé en un círculo.
La música se derrama sobre el sentido
y de una manera divertida
la música ve más que yo.
Quiero decir que se acuerda mejor;
recuerda la primera noche aquí.
Era el frío estrangulado de noviembre;
hasta las estrellas estaban apretadas en el cielo
y esa luna demasiado brillante
bifurcándose a través de los barrotes para pincharme
con un canto en la cabeza.
Todo lo demás lo he olvidado.
Me encierran en esta silla a las 8 a. m.
y no hay señales que indiquen el camino,
Sólo la radio golpeándose a sí misma
y la canción que recuerda
más que yo. Oh, la la la
esta música nada de vuelta a mí.
La noche en que llegué bailé en un círculo
y no tenía miedo.
¿Señor?
Anne Sexton
AGUANTE LA CUMBIA (primera impostura)
conversamos sin insinuaciones
media hora cuarenta minutos
digo ya está me enamoré
sos como un hospital abierto solo para mí
y yo enfermísimo
llego a la guardia pasado de rosca a las 5
de la mañana caés vos
¡doctor!
¡papá!
lo que te haría no se puede decir
en un poema pero lo voy a publicar en facebook
o en un librito de relatos eróticos de la editorial blatt y ríos
conversamos horas días
random
sin que una mano se deslice
sin que asome esa mirada que usamos los putos
sin que se te desabroche un botón de la camisa
y el día que cortamos el teléfono
para no hablar nunca más conozco a un pibe skater que me vuela la cabeza y cogemos re zarpado
sábado, 20 de marzo de 2010
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Soy bueno porque tengo miedo.
Ellos ya lo sabían
cuando lo intentaban
pero con vos es distinto: nunca preferí una cama de clavos
ni la picana en los huevos a un beso tuyo.
Adoro no entenderte
despertarme antes que vos para ver
la mueca del odio dormida en tu cara.
Una vez soñé que te mataban frente a mí
y desperté excitado
con unas ganas horribles de tenerte dentro.
Me decías “la comida sabe
como si le hubieras echado sal con la cocina a oscuras”
para que te dieran ganas de vomitar al escuchar
mis amenazas.
En la casa juntos siempre fue agosto y domingo
siete y media de la tarde
sin amigos
y habíamos tomado toda la noche y habíamos
bailado hasta quedarnos dormidos.
Me acuerdo que una vez
agarraste un cuchillo como quien se ríe.
Ellos ya lo sabían
cuando lo intentaban
pero con vos es distinto: nunca preferí una cama de clavos
ni la picana en los huevos a un beso tuyo.
Adoro no entenderte
despertarme antes que vos para ver
la mueca del odio dormida en tu cara.
Una vez soñé que te mataban frente a mí
y desperté excitado
con unas ganas horribles de tenerte dentro.
Me decías “la comida sabe
como si le hubieras echado sal con la cocina a oscuras”
para que te dieran ganas de vomitar al escuchar
mis amenazas.
En la casa juntos siempre fue agosto y domingo
siete y media de la tarde
sin amigos
y habíamos tomado toda la noche y habíamos
bailado hasta quedarnos dormidos.
Me acuerdo que una vez
agarraste un cuchillo como quien se ríe.
domingo, 12 de julio de 2009
jueves, 2 de julio de 2009
rough notes on dispair
hay que estar enteros
aunque seamos pedazos cada uno con su amor
su droga y su color favoritos
porque una guerra se avecina siempre y somos torpes
incapaces de tomar las armas pero habrá que resistir
con violenta indiferencia o con facciosa ternura
oh amor hay que estar
enteros
aunque a la mañana querríamos seguir soñando
con un paraíso hecho a la medida del maravilloso subconsciente
que es la suma de nuestros pedazos en perfecto sincretismo
la poesía nada puede es nuestro vago privilegio inerme
la poesía es nuestra suave trascendencia
la poesía no se parece a los sueños
oh amor la poesía no puede explicar el sufrimiento ni siquiera decirlo
yo sé que defender nuestro silencio es elevar un grito
el desafío es merecer en la hora más humilde una muerte soberbia como un sol
aunque seamos pedazos cada uno con su amor
su droga y su color favoritos
porque una guerra se avecina siempre y somos torpes
incapaces de tomar las armas pero habrá que resistir
con violenta indiferencia o con facciosa ternura
oh amor hay que estar
enteros
aunque a la mañana querríamos seguir soñando
con un paraíso hecho a la medida del maravilloso subconsciente
que es la suma de nuestros pedazos en perfecto sincretismo
la poesía nada puede es nuestro vago privilegio inerme
la poesía es nuestra suave trascendencia
la poesía no se parece a los sueños
oh amor la poesía no puede explicar el sufrimiento ni siquiera decirlo
yo sé que defender nuestro silencio es elevar un grito
el desafío es merecer en la hora más humilde una muerte soberbia como un sol
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